jueves, 19 de febrero de 2015

Leica


Mi vieja y querida amiga Leica se ha ido. No era de una raza pura y noble, más bien de esa indeterminada mezcla que hace que los perros sean aun más entrañables y dignos de cariño. Ella sabía hacerse querer y con una mirada te ganaba y conseguía de ti ese trocito de jamón o de galleta, una maravillosa embaucadora a la que no podías negar nada. Y ayer me comentó su dueña, Fátima, que se había quedado dormida en un jardín, tranquila y sin sufrimiento. Se ha ido con una discreción y una bondad dignas de envidiar, tal  y como querríamos para uno mismo. La voy a echar de menos, su mirada implorante de cualquier cosa que estuviera comiendo, esos paseos tirando de la correa y soltando unas gotitas de pis cada dos metros, esos momentos en que buscaba calor a tu lado, en definitiva la recordaré como la perrita leve, amable y cariñosa que siempre fue. Si Platero hubiera nacido perro sería Leica, si Leica hubiera nacido persona hubiera sido encantadora, seductora y alegre. Besos y abrazos amiga mía. 

1 comentario: