jueves, 20 de noviembre de 2014

El hombre de la esquina azulada

Hubo un tiempo en el que los hombres se referían a sí mismo como héroes o cobardes. Eran los tiempos en que se hablaba de ellos por la cantidad de almas que enviaban al Hades, de cuánto tiempo resistían el envite del amado por los dioses. Tiempos antiguos y lejanos en los que el acero de la hoja elegía a sus víctimas y no el que empuñaba, o así lo escribió el argentino ciego y erudito. Hubo un tiempo en el que los hombres no corrían de un lugar a otro del mundo sabiendo lo que se iban a encontrar, eran los tiempos en que la ignorancia alimentaba a la imaginación y un viajero esperaba cualquier cosa, El Dorado, seres mágicos y fantásticos, monstruos inabarcables, ciudades que desbordaran la más febril imaginación, cualquier cosa menos la seguridad de un hotel y la salvaguarda de un tour operator. Añoro esos tiempos probablemente porque no los conocí pero siempre me pareció más justa la muerte a los pies de los muros de Ilión que en una residencia para mayores abandonado y solo. Al menos alguien leería mi nombre asociado a los compañeros de Héctor o de Aquiles, con suerte hubiera sido marinero de Odiseo y  trabajado el remo y las escotas del Argos. Pero nací en los tiempos y los lugares de la seguridad. Y ya estoy viejo para deportes de riesgo y aventura. Además, creo en el destino y después de media vida venerando a Borges voy y me encuentro la esquina azulada de Buenos Aires que me predijo en un  poema. Tres versos y una fotografía con tres décadas por medio. Unos versos de un argentino que más parecía ser inglés, y sospecho que era más que parecía. Una fotografía de un español que lo era a pesar suyo, como todos, aunque al final no le desagradara. Como siempre, entre ruinas circulares y tigres soñados, todo se vuelve un bucle sin fin

lunes, 27 de octubre de 2014

He comprado un poema

Caminaba por mi ciudad en la mañana de este sábado pasado, un día luminoso y primaveral en pleno otoño. No marchaba sin dirección, desocupado, sino que iba a la compra, ya se sabe, pan, vino, aceite y algo de pescado. Aun así mi marcha era pausada y disfrutando de la vida que las calles de mi ciudad ofrecen en los sábados luminosos. Y me topé con la desigualdad, realmente la desigualdad iba asomándose a mi camino cada cien metros en la persona de gente que pedía limosna. Mujeres, hombres, más ancianos o más jóvenes, pero todos haciendo visible que somos una sociedad con serios problemas de pobreza y de personas que están pasando malos momentos. Pero esa desigualdad que me topé, las otras ya se asimilaban al paisaje, era diferente y se dirigió a mi de manera distinta a los demás.
Se trataba de un hombre que debía rozar los sesenta años, quizás fuera más joven porque la vida en la calle deteriora a las personas, y que sostenía un puñado de folios en su mano. Alargando su brazo con los papeles hacia mi directamente me dijo "¿me compra un poema?". Desconcertado seguí caminando y en el esfuerzo de aplicar mi decisión de no dar limosna nunca. Sin embargo al tercer paso me volví, no podía dejar desamparado a un poeta, a un hombre que no mendigaba sino que ofrecía algo. Y la mercancía que ponía ante mis ojos no era digna de desprecio, eran versos. Así que saqué un solitario euro y se lo dí. Un folio con unos versos pasaron de su mano a la mía. Mientras un educado "espero que le guste" acompañó el gesto. Firma como J. Bella y no me parece un mal poema. En su homenaje, a este poeta callejero y víctima de los tiempos injustos que nos han tocado, ¿hubo tiempos de justicia alguna vez?. Lo reproduzco. Y como el poeta Bella les digo "espero que les guste".

CONTRADICCIÓN

Gimiendo en la más alta
cima, al caer de las lágrimas
en el fresco soto.

¡Oh contradicción oportuna
destruye la unidad que
aplasta!

Tensa el arco su fortuna
y la flecha hiere sin
compasión en la propia locura

Más allá en el Silencio,
alguien sonríe y canta
una canción sin sol ni luna.

Al pie del epitafio
un clavel se marchita,
más abajo un cadáver dormita.

Sopla el viento fuerte, y
despierta a este muerto sin vida,
y allá en lo lejano,
en el vacío, 
alguien de esta suerte de unión participa.

viernes, 17 de octubre de 2014

Una esquina de Buenos Aires

Buenos Aires. 2010. Foto del autor.
          
                                             "...Una esquina remota
               que puede ser del norte, del sur o del oeste,
               pero que tiene siempre una tapia celeste
                                           ...Ahí está Buenos Aires"

                                           Jorge Luis Borges. El otro, el mismo (1930.1967)

Y entonces tuve un sueño que había tenido antes. 

lunes, 13 de octubre de 2014

Francisco Coloane, un Conrad chileno

Francisco Coloane
Por recomendación de mi compañero de trabajo, y sin embargo buen amigo, José Luis García Almozara comencé a leer a Francisco Coloane. José Luis y yo compartimos espacio de trabajo y conversaciones en torno a la confusa política actual, viajes, América es nuestra pasión común, y un viejo conflicto entorno a las bondades o maldades del chavismo. Un día me regaló el libro Tierra del Fuego de Coloane, resulta que en su avidez de comprador de libros lo tenía repetido y sabia de mi vieja idea de visitar aquellas tierras algún día, pero sobre todo por su mar, por mi viejo sueño de doblar el Cabo de Hornos en velero.
El libro fue todo un descubrimiento, se trata de una colección de nueve cuentos, unos en la tierra firme y sus islas y otros en la mar que la rodea, que me subyugó y leí de un tirón, con una ilusión de lector adolescente que se bebe los libros de Verne o de Salgari. Porque en un principio, de una primera impresión quizás algo frívola y sin despreciar a estos autores, lo tomé por una narrativa ágil que pretendía poco más que contar las aventuras y desgracias de los hombres que vivían en una entorno tan hostil como los de aquellas tierras y mares. Luego fui descubriendo más en Coloane, me hice con otro libro de relatos suyo, el llamado Cabo de Hornos, en la misma línea que el anterior y pude descubrir un autor más profundo ´mas cercano al Conrad de La línea de sombra, el mar y sus servidumbres como excusa para relatar el paso de la juventud a la madurez. 
Si tuviera que elegir algún relato sobre los demás, cosa difícil, me quedaría con dos. Cinco marineros y un ataúd verde que tiene un fondo sarcástico maravilloso sería el primero, De como murió el chilote Otey narra la fracasada rebelión de unos jornaleros en Tierra del Fuego y el heroico final de un puñado de ellos, contiene lo que supongo debe ser la épica del gaucho. En fin un descubrimiento apasionante, no me había enganchado tanto un autor desde Roberto Bolaño, curiosamente otro chileno. Por muy poco dinero y esfuerzo podéis encontrar sus libros en este enlace, yo ando buscando el siguiente título para cuando acabe Cabo de Hornos

domingo, 28 de septiembre de 2014

José León Castillo. La libertad ineludible

José León Castillo
Escribió Luis Cardoza y Aragón que "cuando el amor nos llama no se puede eludirlo ni se quiere eludirlo. Los que no arriban a la muerte por el amor tal vez no sepan lo que es amor ni lo que es muerte". Y estas palabras que el poeta guatemalteco aplica al amor hay hombres que generosamente las trasladan a la libertad, a la propia y a la de los demás. José León Castillo fue uno de ellos. Su amor y devoción por la libertad de su patria y de sus conciudadanos le llevaron a enfrentarse al tirano. Y conoció por ello la muerte, una injusta e ignominiosa muerte. Pero hoy, desde la distancia del tiempo, podemos afirmar que mejor que ninguno de nosotros conoció la libertad, y supo del precio de la misma.
Juez y hombre honesto desafió al dictador Jorge Ubico Castañeda que oprimió a Guatemala entre 1931 y 1944, un personaje este dictador que parecería de opereta bufa si no fuera por la crueldad y sinrazón de su gobierno. Hay quien afirma que en el mundo hay dos tipos de hombres, de un lado están los liberticidas y en su entorno quienes aplauden o se acomodan a su tiranía, Ubico era uno de ellos, de los peores liberticidas. Del otro lado nos encontramos a aquellos seres cuyo espíritu lo impela a una búsqueda constante de la libertad y sus fundamentos como son la justicia y la equidad. José León Castillo perteneció a estos últimos. Tenía tanta confianza en la fuerza de sus ideas y de su honradez que incluso ignoró las advertencias, susurradas más que habladas por temor a los oídos del tirano, que le lanzaron amigos sabedores del terrible destino que le había reservado Ubico en su cólera de sátrapa.  Inevitablemente le alcanzó la mano de la dictadura, bajo la forma sus más ignominiosos sicarios y crueles servidores. Arrestado, torturado e insultado fue finalmente ultimado por sus secuestradores. En una farsa burda y torpe le aplicaron la ley de fugas. Francisco Pereira Urizar, comisario de la policía de Ubico, fue el responsable directo de su muerte, quede su nombre claro para su vergüenza. El 14 de septiembre de 1934, en el traslado del prisionero entre Zacapa y Chiquimula, se perpetró el crimen, en las vísperas de la fiesta de la independencia de Guatemala, su patria.
El tirano Ubico
Sin embargo la memoria del pueblo es más fuerte y justa con sus hijos libres que con los tiranos. Las gentes saben rendir homenaje a los notables por sus obras. Y el pueblo de Zacapa y de Guatemala lo hicieron a su manera, como mejor saben, con un corrido. "Las horas de José León Castillo" que narra sus últimos instantes y su muerte a mano de los verdugos ubiquistas, todo un canto a la entereza, la firmeza y el valor de este hombre honrado y libre. Como los héroes homéricos o medievales, él tuvo sus narradores, gente del pueblo que cantaba su tragedia, la tragedia de un hombre pero no la falta de esperanza. En La Vuelta del Tuno, lugar donde fue asesinado, un monumento le recuerda. A los treinta y siete años le apartaron de sus ideales, de su patria y de su familia. Era tan solo un hombre de leyes, un defensor de la ley, ese fue su delito, la causa de la ira del tirano. Ubico no creía en la ley, deseaba tan sólo manejarla a su capricho, interés y antojo. José León Castillo era un devoto de la ley y de su respeto. Como escribió Primo Levi, testigo de la barbarie de los campos nazis, "un país se considera tanto más desarrollado cuanto más sabias y eficientes son las leyes que impiden al miserable ser demasiado miserable y al poderoso ser demasiado poderoso", sin duda la gran lección que nos deja este guatemalteco amante de la libertad y de las leyes justas, su aspiración más férrea: una patria libre y justa con leyes iguales para todos. El mejor homenaje, seguir en esa lucha. 

lunes, 11 de agosto de 2014

Fernando Quiñones y los toros

La vida de mercadillo es una vida intensa. Paseas entre puestos arremolinados, henchidos de cachivaches inútiles y de repente salta la sorpresa. En esta ocasión fue un libro de Fernando Quiñones, el gran Fernando, amante de Cádiz en proporciones inusitadas y, sin duda, uno de los grandes de nuestras letras. Hace ya algunos años que lo perdimos y que sólo lo recuperamos en los recuerdos del cariño y en las muchas páginas que nos dejó. Y lo que encontré fue una pequeña joya. No, una gran joya. Una edición de 1961 de su colección de relatos taurinos que tituló La gran temporada. Hay una información que quiero destacar de esta obra por encima de todas, en el embrión de la misma se contiene una anterior denominada Siete historias de toros y de hombres que recibió el premio literario de La Nación de Buenos Aires. La cosa no es baladí (la palabra es cursi pero me gusta) ya que en el jurado figuraron Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, dos grandes de la literatura argentina, en español y, en el caso de Borges sin duda alguna, universal. Que te galardonen desde un jurado en el que está tal gigante de las letras es suficiente aval para iniciar la lectura de obra premiada. 

Fernando era una persona vital, atrapaba la vida a pellizcos intensos, que vivió como pocos su pasión por las letras aunque a veces sospechábamos que su verdadero y primer amor fue la ciudad de Cádiz. Para muchos de mi generación Cádiz sería inexplicable sin Quiñones, el escritor y la persona. Tuve el privilegio de conocerlo y de gozar de una cierta amistad con él. Trabajamos juntos en la tarea, que entonces era apostolado cultural andaluz, de llevar el Flamenco a las escuelas, él como escritor y flamencólogo, servidor como gestor cultural joven y apasionado. Lo echo de menos y merece más de esta ciudad que tanto amó. Por mi parte y como homenaje voy a disfrutar de la lectura de La gran temporada
No os digo el precio porque no os lo vais a creer. Saldo.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Mierda y Cultura

Así, de entrada, unir en una misma frase las palabras mierda y cultura puede que parezca extraño, incongruente e incluso inadecuado, pero pasa y más a menudo de lo que creemos o queremos creer. Siempre recordaré esas primeras exposiciones que montábamos en el Palacio de la Diputación de Cádiz, tenemos un palacio nada menos, y que como jóvenes gestores tratábamos de que sus contenidos fueran vanguardistas, modernos, innovadores o cualquier cosa menos tradicionales. Nada de acuarelas ni paisajes, estábamos en el empeño de modernizar nuestra provincia y nuestra ciudad. Una vez, en los previos a la inauguración de una Aduana, como se llamaba nuestra convocatoria de artes plásticas de vanguardia, un funcionario perteneciente a los cuerpos subalternos me espetó sin dar tiempo a reacción alguna un rotundo "¡Vaya mierda de exposición habéis montado los de cultura!". Así, sin anestesia. Y me consta que era una opinión general entre los funcionarios de la casa, los que pasaban cada mañana entre las obras camino de la cafetería o el WC. Menos mal que éramos inasequibles al desaliento y que de aquella la calidad de los diputados y diputadas de cultura estaban en un nivel, que a estas alturas de la vida y la democracia, me parece ya inalcanzable. Es sólo un ejemplo y he vivido más a lo largo de mi carrera profesional. 
Sin embargo hemos de reconocer que también los artistas, en clave de provocación o de ruptura, a veces han buscado la mierda. No soy experto en arte contemporáneo pero al menos conozco el caso de Piero Manzoni, el artista italiano que vendía latas en las que decía estaban almacenados treinta gramos de su propia mierda. Lo curioso del caso es que las vendía al mismo precio que treinta gramos de oro, y se las quitaban de las manos. Dicen, comentan, afirman entre admiración y envidia, que aun hay quien tiene latas de esas almacenadas en cámaras de seguridad bancarias y que su cotización no ha parado nunca de subir. Hablamos de una obra de 1961, seguro que después han pasado cosas peores, es un decir. Como vemos mierda y cultura no son excluyentes ni contrarias, es más si les tuviera que resumir en una frase mi actual trabajo por ahí irían las cosas. Cosas de la vida. 

lunes, 4 de agosto de 2014

Silvina Ocampo, escritora entre escritores

Un paseo dominguero por un mercadillo puede ser, aparte del sugestivo dolce far niente, fuente de una sorpresa agradable. Y ayer eso me sucedió al toparme con una pequeña joya en forma de libro. Una publicación de Emecé, editada en Buenos Aires en 1960, titulada Cuentos fantásticos argentinos. En la contraportada catorce nombres asociados a sendos relatos de carácter fantástico, más allá de lo real y de lo cotidiano. Reconocí algunos nombres como Lugones, Borges, Cortázar, Bioy Casares y Mújica Lainez además de otros autores desconocidos para mi. Entre todos sólo un nombre de mujer, Silvina Ocampo. Me sonaba, Borges la cita a menudo y también el que era la esposa de Bioy Casares. Sabía, como buen borgiano o borgesiano, de las incursiones del maestro en la literatura fantástica, que una buena parte de su obra navega entre lo increíble y lo inexplicable contado con esa capacidad de hacerlo pasar por real. 

Cortázar, Mújica Lainez y Bioy Casares también han sido lecturas que me han resultado gratificantes y espléndidas, nombres que se recuerdan con una sensación que va del disfrute a la admiración, veneración en el caso del maestro ciego. Pero jamás había leído nada de Silvina Ocampo. Algunos afirman que ella junto a Borges, Bioy Casares y Cortázar constituyen la cumbre, el Olimpo de la literatura argentina del siglo XX. Y en estos tiempos en los que el género constituye un imperativo, afortunado, en todos los aspectos de la vida, resultaba una incómoda casualidad que me faltar precisamente la dama. Así es que comencé a leer el librito por su relato La red. Y puedo afirmar que esta breve narración es magnífica, con fuerza, seductora, construyendo fantasías y miedos a partir de una anécdota. Así que como todo tiene arreglo en la vida me he propuesto leer más de Silvina Ocampo y así reparar esta injusticia que cometí con la literatura argentina. Os enlazo un lugar en el que leer un relato suyo muy breve titulado El verdugo
Por otra parte el libro lo podéis encontrar en librerías de viejo y en las páginas de venta en la Red. Eso sí os costará entre quince y veinte euros, a mi me salió por una solitaria moneda de euro, cosas del dolce far niente dominguero.

P.S. El enlace sobre Silvina Ocampo en Santa Wikipedia

viernes, 1 de agosto de 2014

Depósitos de Tabacalera, el parto de los montes.

En enero de 2008 escribí una tribuna libre en La Voz de Cádiz titulada Depósitos de Tabacalera. Depósitos de Ideas en la que avanzaba una propuesta para esos depósitos que parecía iban a revertir en la ciudad en poco tiempo. En aquellos momentos yo era un sufrido concejal de la oposición municipal que tenía que compatibilizar mi trabajo con el servicio como edil y tratar de ofrecer alternativas a la vida cultural de esta ciudad. Como en los plenos no había nada que hacer, predicar en el desierto, trataba como podía de hacer llegar mis propuestas a los ciudadanos y en esta tarea le debo algunos favores a mi buena amiga Lalia González Santiago, entonces directora de ese periódico. Me lamentaba de la falta de ideas que el gobierno popular del Ayuntamiento de Cádiz tenía en lo que respecta a qué hacer con esos fabulosos edificios. Han pasado seis años y la sequía intelectual y de conocimiento continúa en quienes gobiernan mi ciudad. Se repiten y repiten mil veces que será un proyecto cultural como Matadero de Madrid. Está claro que no conocen ni por asomo lo que es Matadero, ni sus entrañas, ni su filosofía como proyecto cultural. Puede que mi propuesta fuera algo arriesgada, no lo dudo, pero era bastante más de lo que ellos han redactado en estos seis años sobre los Depósitos de Tabacalera. Ahora, se abrieron los montes y parieron un ratón (Parturient montes, nascetur ridiculus mus)  que decía el clásico, se les ha ocurrido organizar una jornada  Jornada de Puertas Abiertas. La gran mayoría de la gente en Cádiz, que no es tonta, lo ha acogido como lo que es, como una operación de propaganda. La verdad es que es una pena que en vez de construir proyectos sólidos, con futuro, generadores de riqueza y participados entre todos los ciudadanos se quede todo en publicidad. El gran José Berasaluce ya comentó en facebook que él más que visitar lo que quería era opinar. Bueno, pues eso, que a estas alturas de la película creo que los gaditanos nos conformaríamos con eso, con opinar. No dudo que habría mucho más conocimientos e ideas que las generadas por el Ayuntamiento de Cádiz. Os recomiendo mi artículo no como fuente de sabiduría sino como curiosidad. 

jueves, 31 de julio de 2014

El concepto de cultura

Ahí es nada, querer concretar y definir el concepto mismo de cultura. Una tarea difícil, complicada y probablemente inalcanzable. Sin embargo si hay algo que necesite la Gestión Cultural es delimitar ¿qué es la cultura? pero no cualquier cultura, sino un concepto de la misma que sea útil y eficaz para el ejercicio profesional de gestoras y gestores. En el ya varias veces citado y comentado en este Blog Manual Web de apoyo a la Gestión Cultural Atalaya se ha optado por no tener miedo y afrontar ese riesgo. Pero no valía cualquiera para esta labor y con muy acertado criterio, a mi entender, se le encargó la tarea a Pedro A. Vives al que podréis ver y escuchar en este enlace en animado diálogo con Chus Cantero, otro grande del oficio. Pedro es un historiador especialista en Historia de América y además un gestor cultural de los de primera generación, posee una amplia experiencia en cooperación internacional y es una de las personas que más ha reflexionado y escrito sobre gestión y políticas culturales. Estamos ante un texto profundo, bien asentado y que nos hace meditar sobre el núcleo mismo de nuestro oficio. Sólo os deseo que dediquéis un buen rato a esta muy necesaria lectura.







martes, 29 de julio de 2014

Un Mapa Conceptual

El otro día comenté brevemente el Manual Web de apoyo a la Gestión Cultural del Observatorio Atalaya y por vuestra visitas sé que ha sido un tema de éxito. Pero el manual da para mucho, el trabajo de treinta y seis personan cualificadas nos ha dado sin duda el manual más completo editado hasta el momento en España. Hay una cuestión que me llena de bastante orgullo y es que el impulso y el núcleo de este manual es andaluz y desde lo público. Andaluz porque es una iniciativa de las universidades andaluzas que trabajan en conjunto en el Observatorio Atalaya y público por el carácter de las mismas. Igualmente señalar que sin el apoyo económico de la Junta de Andalucía, en concreto de la Dirección General de Universidades, y no es dorar la píldora sino dar a cada uno el mérito que le corresponde, ni más ni menos. Obviamente, en consonancia con el carácter andaluz, el proyecto estuvo abierto a la participación de personas de otros lugares de España, lo que lo enriquece y da valor. 
Hoy quiero destacar una de sus partes esenciales el Mapa Conceptual de la Gestión Cultural en el que de un solo vistazo podemos encontrar sintetizado, ordenado y conceptualizado todo el manual. Gracias a esas cosas de las tecnologías puedes acceder a aquel concepto, capítulo o tema que te despierte el interés o necesites consultar. Obviamente hay un índice tradicional, al estilo gutenbergiano, para lo menos digitalizados. El mapa nos permite facilidad de comprensión y facilidad de acceso. Bueno que disfrutéis de la reflexión en torno a la Gestión Cultural, que habemos gente pa tó.


sábado, 26 de julio de 2014

Manual de Gestión Cultural

Voy a escribir poco porque hay muchas palabras interesantes que leer. Probablemente muchos pensáis que esto de la Gestión Cultural es un trabajo leve, que necesita sólo algunas lecturas ecogidas y un poquito de sensibilidad. Sin embargo os puedo asegurar que es una profesión seria y bastante dura. Trabajas con los símbolos de las sociedades y las personas, con la inquietud de los artistas, con los deseos de los públicos, con las voluntades del poder político, con las voces de los críticos, con elementos muy inestables. Por ello es una profesión seria... y divertida vista desde el paso del tiempo. Me ha dado muchos momentos memorables, algunos amargos y el modo de ganarme la vida. Este invierno tuve el privilegio de trabajar en un proyecto inmenso y cargado de ilusiones y esperanzas, el Manual Web de apoyo a la Gestión Cultural del observatorio Atalaya de las universidades públicas de Andalucía. Más de treinta y cinco profesionales, académicos, creadores, expertos han trabajado en la redacción de este manual. Un trabajo de libre uso y consulta. Creo que es un buen trabajo y que era muy necesario para los gestores. Es el principio, es mejorable y será revisable, pero ya está escrito, a partir de ahora a continuar construyendo conocimiento para la Gestión Cultural. Y no se me olvida lo esencial, el ser agradecido, agradecer a mi buen amigo Antonio Javier González que impulsara y dirigiera este proyecto. Y que contara conmigo. 
Navegad por el Manual, hay de todo.

viernes, 25 de julio de 2014

El espíritu del Doce

El pasado lunes 21, mientras me encontraba perdido en las montañas de la Andalucía Oriental, se publicó este artículo mio en el Diario de Cádiz. Os lo dejo para que lo leáis con reposo. Se admiten comentarios.

Todos aquellos que tuvimos que trabajar de alguna manera en aquel acontecimiento que se llamó el Bicentenario, el Doce o simplemente la Pepa, creo que compartimos una cierta sensación de frustración y de objetivos mal cumplidos. La celebración del bicentenario de la constitución de Cádiz no fue redonda, ni para Cádiz como ciudad ni para el conjunto de nuestra nación. Muchas fueron las causas y seguro que muchas las responsabilidades a repartir. Sin embargo no es eso lo que más interesa en estos momentos, opino que ya es hora de volver a tomar impulso como ciudad y de dibujar qué y cómo queremos ser en el futuro más inmediato y a largo plazo.
Hace pocos días visitó nuestra ciudad un gran experto en desarrollo de las ciudades desde la perspectiva de la cultura y la creatividad. Invitado por la universidad para un curso de verano ofreció una extensa e intensa conferencia sobre ciudades creativas y sobre el patrimonio y la cultura como pilares del desarrollo territorial. Tuve la ocasión de charlar en extenso con él y me comentaba que en sus viajes por América Latina, en donde desarrolla gran parte de su labor profesional, le preguntan constantemente por Cádiz. Veracruz y Puerto Rico eran los últimos lugares en los que le habían comentado “¿qué pasa en Cádiz?, queremos saber y tener contactos con esa ciudad de nuevo”. Muy sintomático de que el eje americano no se trabajó en toda su potencialidad, no guste o no esto es un hecho. Preguntan por Cádiz en América y no hay más respuesta que la ausencia. Oportunidad perdida.
 Cuando hube de comentarle como nos fue en nuestro Doce, sobre cual fue la mayor frustración personal, el proyecto que creo más daño nos hizo no sacarlo adelante fue el de el Memorial de las Libertades, Faro en sus últimas versiones, el que tenía por objetivo hacer de nuestra ciudad un referente en la historia del constitucionalismo, un laboratorio y centro de estudios y reflexión sobre esta materia en los ámbitos latino y mediterráneo, colocar el nombre de la ciudad en la globalidad unido a los conceptos de democracia, libertad y soberanía popular. Una gran oportunidad, un potencial único, un poderoso legado perdido por los temores de las administraciones, la cicatería de pequeños grupos que se representaban solo a ellos mismos y la incapacidad de explicar a la sociedad el proyecto. Falta de generosidad, de valor y de inteligencia, una combinación que arruinó una manera de sacar a Cádiz del bloqueo en el que malvive los últimos años, ya demasiados. Opino, a la luz de la actualidad, que si ese Memorial estuviese en activo y fuerte, Cádiz hubiera acogido en sus instituciones museísticas al menos una parte del tesoro  del Nuestra Señora de las Mercedes o, por poner otro ejemplo, algún protagonismo tendría en el actual proceso de paz de Colombia.
¿Pero es una oportunidad que se nos haya ido para siempre? Sin duda que no. La Constitución de Cádiz de 1812 no se agotó en el 2012. Es un hecho histórico y político de primer orden que se proyectó de diversas maneras durante muchos más años y fuera de nuestras fronteras actuales. Hablamos de un acontecimiento de modernidad política con un impacto global en su época. Y si lo fue entonces por qué no puede volver a serlo ahora, ¿qué impide volver a retomar su legado en estos tiempos en que necesitamos impulsos potentes para volver a ilusionarnos y pensar en que tenemos futuro como ciudad y como sociedad contemporánea? El urbanista Jordi Borja afirma que “necesitamos un pasado que fundamente un proyecto para el  futuro y que dé sentido al presente”, una idea que nos vendría muy bien aplicarnos. Cádiz tiene un enorme y rico pasado en el que brilla la primera constitución de España y del mundo latino, un hecho que posee aun la suficiente fuerza conceptual y actualidad como para fundamentar ese proyecto de futuro que precisamos. Si necesitamos un nuevo plazo para trabajar, esta vez muy en serio, basta recordar que en 2020 retorna nuestra constitución de la mano del general Riego. Sólo una apostilla, que ahora sea la sociedad civil la que asuma el protagonismo y la dirección. Las administraciones que hagan la tarea.


Luis Ben. OIKÓS, Observatorio Andaluz para la Economía de la Cultura y el Desarrollo.

jueves, 17 de abril de 2014

Ceguera humana


Los dioses ciegan a quien quieren perder. Eso cuenta Sófocles y creo que también algo similar dice Ovidio. Ayax, el héroe aqueo, fue el primero del que tenemos constancia que probó esta medicina cruel de los insensibles dioses. Rescató el cadáver de Aquiles cuando este murió por la flecha en el talón que le disparó Paris. En el rescate y salvamento del honor del héroe entre héroes le acompañó Ulises. Después ambos discutieron por quien de los dos se quedaba con las armas de Aquiles. El consejo de los aqueos decidió a favor del rey de Ítaca lo que provocó la cólera en Ayax,  que los griegos llaman hybris y que no es el pecado juedocristiano sino algo más parecido al despropósito, a la desmesura. Ayax era un hombre poco piadoso en términos de los griegos antiguos, el único héroe de la Ilíada que no se encomendaba a ninguna divinidad al entrar en combate. Por ello se supone que los dioses le tenían cierta ojeriza y aprovecharon el momento de hybris. Palas Atenea lo cegó y mientras Ayax creía estar atacando al consejo de los aqueos en realidad estaba matando un puñado de ovejas inocentes. Cuando despertó de su ceguera le inundó la vergüenza al ver que había manchado el honor de su espada con animales domésticos. Como guerrero honorable que era se suicidó con su propia espada. Por eso hay que tener cuidado con la ira, con la hybris, pueden cegarnos o ser utilizadas para apartar de nuestros ojos lo realmente importante. 
Este es un truco que emplean no sólo los dioses, demosles el beneficio de la duda de su existencia, sino por quienes detentan el poder.  Y el ministro Wert es un maestro en cegarnos a las gentes de la cultura. Nos tiene entretenidos con el iva cultural, que no niego que sea un problema grave con consecuencias lastimosas para las industrias culturales, pero mientras pasa de rositas por temas realmente trascendentes. Por ejemplo la financiación de la cultura. Llevamos años de caída en picado de los presupuestos públicos, la crisis es la gran excusa, sin que esté barajando alternativa alguna. La tanta veces nombrada Ley de Mecenazgo no termina de aparecer. Se nos vendió esta ley como la alternativa a la financiación pública de la cultura, como la implicación de recursos privados a la cultura. Pero al día de la fecha nada de nada. Ni dinero público ni mecenazgo privado. Lamento soltar un latinajo pero ya se decía que pecunia nervus belli (el dinero es el nervio de la guerra), lo que significa en nuestro caso que la cultura en España no está para ir a ninguna batalla, que no tiene recursos para mantenerla activa y con el nivel de creatividad e innovación que posee potencialmente. Volvemos al país de genios aislados que brillan a pesar de la ausencia de apoyos (públicos, sociales, privados) a la actividad cultural. Veinte años para atrás y no soy exagerado que los he vivido en primera línea. Mientras, el ministro Wert, cegándonos con sus frases, sus salidas de tono y sus ocurrencias para que no veamos el meollo del problema ¿dónde saldrá el dinero para la cultura en España? Él es miembro del gobierno que tiene la obligación de dar una respuesta. Me temo que esperando nos vamos a quedar.

lunes, 14 de abril de 2014

Una bandera republicana

Hoy catorce de abril veremos aflorar  banderas republicanas, la tricolor de la Segunda República Española, por numerosos lugares tanto físicos como de las redes sociales. En los últimos tiempos hemos visto como el sentir republicano, que no el pensamiento, se ha ido expandiendo por nuestro país. Pero yo hoy no me voy a referir a este fenómeno ni a enjuiciarlo. Lo que se me viene a la memoria está relacionado con el triste final de Don Manuel Azaña, presidente que fue de la República durante toda la guerra civil, de 1936 a 1939. Acabada esta contienda fratricida y cruel, tras la victoria de los fascistas, Azaña hubo de exiliarse a Francia. Allí malvivió hasta su muerte
el cuatro de noviembre de 1940. Para esas fechas Francia había caído ya ante los nazis y el gobierno títere de Petain apenas controlaba un tercio del territorio francés desde Vichy. Precisamente fue el viejo general francés el que prohibió que se enterrara a Manuel Azaña con honores de jefe de estado y que se le cubriera con la bandera tricolor de la República, admitiendo tan solo que se le cubriera con la bicolor de la monarquía y, sobre todo, en aquel momento la del franquismo. Todo un insulto a la memoria del fallecido y la de miles de republicanos muertos o en el exilio. Pero en ese momento allí estaban México y su presidente Lázaro Cárdenas. Este gran hombre acogió bajo protección diplomática los restos del fallecido presidente, entre otros motivos para impedir que cayeran en manos de los agentes franquistas, y permitió que fuera envuelto en la bandera de México. 
Este gesto nos pone a los demócratas españoles en deuda permanente con la nación mexicana. Y si al gesto simbólico unimos la generosidad de acoger a miles de exiliados republicanos, entonces la deuda se vuelve impagable. Cuando iba a ser enterrado con la bandera de México sobre el féretro de Azaña, el embajador mexicano se dirigió al prefecto francés y dijo con acierto y solemnidad "lo cubrirá con orgullo la bandera de México. Para nosotros será un privilegio, para los republicanos una esperanza, y para ustedes, una dolorosa lección". No queda por decir más que gracias México por recoger y arropar la dignidad de la España democrática cuando estuvo vencida por el fascismo. Gracias a Lázaro Cárdenas y gracias al pueblo de México. 

jueves, 10 de abril de 2014

La Legionaria en Cádiz

Montse Torrent es una gaditana de El Puerto de Santa María actriz, poeta, dinamizadora cultural y buena amiga. Hace poco tiempo que se lanzó al reto y trabajo de volver llevar a los escenarios Las mil noches de Hortensia Romero, la novela del recordado Fernando Quiñones y que en su día, creo que en 1979 año arriba o abajo, fue finalista del Premio Planeta. Aunque la obra ya había sido estrenada y llevaba algunas representaciones por varias localidades de Andalucía y de Cádiz, aun no se había dejado ver en la vieja Gades (perdón la pedantería pero es por no repetir Cádiz). La función tuvo lugar en el Teatro de la calle San Miguel, también llamado el Cómico o de Títeres de la Tías Norica. Una restauración de interior casi modélica y un trabajo exterior de fachada como para hacer fusilar al arquitecto, a la fotografía me remito.

A lo importante, que es la obra y su intérprete, había una  cierta expectación en Cádiz, la ciudad venerada de Fernando Quiñones y la fuente de inspiración que le motivó a escribir páginas hermosas y de auténtica literatura. Eso si, un público maduro, entre el que me incluyo, con poca gente joven y que debe hacernos meditar por un lado de el envejecimiento de los públicos teatrales y, de otro, sobre el desencuentro entre la juventud y las artes en vivo. Se trata de algo que García Canclini describe magistralmente en su ensayo Lectores, espectadores e Internautas. La versión de Montse se enfrentaba además al hecho de ser una segunda adaptación a la escena del libro y ya sabemos de los morbos y tendencias de las gentes a comparar y valorar en balanzas. Tengo que decir que, para gloria de Montse, prueba superada. Su versión es suya, propia, adaptada a sus talentos, muchos, y registros, variados. Sin desmerecer de la de Ramón Rivero, ni tratar creo de compararse en una rivalidad que hubiera sido absurda. Ambas versiones tiene su méritos y ambas son buenos espectáculos teatrales, con esos casi cuarenta años de diferencia. 
Montse demuestra que es una magnífica actriz, su trabajo y profesionalidad son capaces de llevarnos desde la carcajada hasta la melancolía y la tristeza en muy pocos  segundos. En el patio de butacas la viuda de Fernando, Nadia Consolani con la elegancia de la dama veneciana que es, y sus hijos Mauro y Mariela, lo que debió ser una responsabilidad añadida para la artista. Al lejos una mujer de raza y una de mis poetas preferidas, Pilar Paz, no podía dejar de citarla.
Cuando tengan oportunidad acudan al teatro y compren su entrada. Pasarán un buen rato, noventa minutos que se hacen cortos. Merece la pena, mientras tanto les dejo este resumen de la obra.


sábado, 5 de abril de 2014

¡Qué arte de cata!

José Berasaluce es un gaditano activo, inquieto intelectualmente, un aventurero en empresas y alguien que arriesga en aquellas iniciativas que le seducen. Lo que de manera aparentemente moderna llaman emprendedor. Hace poco más de un año inició un proyecto cultural, gastronómico y empresarial, por este orden, que se llama Catas con Arte. Ayer por primera vez me arriesgué, también los usuarios y clientes corremos riesgos, a participar en una de sus catas con arte. Pasión Barroca, así se llamaba la cata, se desarrolló en la capilla de la Orden Tercera del Convento de Santo Domingo de Cádiz. Como se puede deducir fácilmente de nombre y lugar, la cosa iba de Cuaresma y Semana Santa. Un menú de potaje de garbanzos con tagarninas, huevo frito en lecho de anguriñas y patatas fritas y un tercero de bacalao que finalizaba con una típica torrija semanasantera. No faltó el pirulí de la Habana tan de Cádiz en estas fechas.
Los vinos excepcionales de Terry. Fino, amontillado, oloroso y un brandy de los que te devuelven la fe en lo que sea, la fe que hayas podido perder o la que nunca habías encontrado. En mi caso volví a creer en que el trabajo honesto puede dar frutos como ese brandy castaño oscuro que se resbalaba leve y tibio por la garganta. Un placer. De los vinos, siendo los tres buenos, el amontillado también reconciliaba con algunas virtudes perdidas y, sobre todo, con el deseo. Adjetiven el deseo como quieran. 

Pero siendo todo esto ya en si mismo una experiencia gratísisma, la cata va acompañada de microactividades culturales que la enmarcan y que buscan subrayar la atmósfera y el concepto, otro palabro de moda. Disfrutamos de tres momentos musicales por la Capilla Musical Regina Caeli, es fácil imaginar qué tipo de música, una espléndida saeta de la viñera y gaditana Anabel Rivera y, momento cumbre de la cata, la confrontación educada pero firme de dos capataces de Semana Santa con estilos diferentes. Manuel Ruiz Gené un joven defensor de la innovación y el viraje hacia la escuela sevillana se oponía a un veterano Benito Jódar, firme defensor del estilo marinero de cargar en Cádiz. Para quienes no estamos en estas cuitas cofrades resultó no sólo interesante sino ilustrativo y aclaró muchas dudas. Me pringo y me apunto al bando de Benito, aunque sea por defender lo que uno ha visto siempre desde niño y que hace diferente a la Semana Santa gaditana. 

El último de los dominicos, Pascual Saturio un hombre afable y optimista, saludó a quienes nos habíamos reunido allí para dar satisfacción a ciertos placeres carnales, cosa que no importó demasiado al buen fraile. Una persona agradable que se definió más cercano al Padre Patera que a Monseñor Rouco. Le honra la posición.
No quiero acabar sin resaltar el magnífico papel de José Berasaluce como conductor de la cata y que micrófono en mano me recordó a Jorge Javier Vázquez. Dicho sea con todo el cariño que le tengo al Bera. Mi felicitación por la empresa y ánimo a todos que Catas con Arte merece mucho la pena. Ya estoy esperando impaciente la próxima.

miércoles, 2 de abril de 2014

Eventazos: Bicentenario y Capitalidad Cultural

Durante los dos últimos días he coincidido con un viejo amigo en Madrid, con Roberto Gómez de la Iglesia. Fue en un curso sobre comunicación cultural del INAP, él de profesor y servidor de alumno. Roberto y yo somos viejos amigos, más de veinte años, y cuando nos vemos solemos empezar bromeando sobre lo vejestorios que nos vamos tornando. Luego, entre cervezas y pintxos, nos damos un rato de conversación seria. Roberto es un economista que trabaja en cultura desde el sector privado pero con una perspectiva y enfoque sociales que ya quisieran muchos gestores públicos. Su última aventura se llama Conexiones Improbables, aconsejo visitar la Web, y es en esencia hibridar creadores con empresarios y organizaciones sociales para generar innovación cultural y empresarial. Y parece que funciona, envidia que me da este vasco de Vitoria. Entre los temas que compartimos quiero reseñar eso que se ha dado en llamar grandes eventos y que personalmente me gusta denominar Eventazos porque suelen terminar en un gran Pluff las más de las veces. Le comenté mi experiencia en el Consorcio de la Pepa, cosas que aun no pondré por aquí de momento, y él me comentó como iban las cosas en la capitalidad cultural europea de San Sebastián 2016.

 Muchas de las confidencias que me hizo, como testigo de primera fila, me sonaban mucho a la Pepa 2012 y me dio el consuelo de que en todos lados cuecen habas. Sin embargo aunque los donostiarras van casi por el mismo camino no van tan torcidos como fuimos los gaditanos. Y lo que más me llamó la atención fue su apuesta presupuestaria, sin dar cifras sólo les comento que manejan previsiones que multiplicaban por quince las mejores cifras de la Pepa 2012 en sus momentos buenos. De los malo no comento, tiempo al tiempo.


Un buen rato con Roberto, cicatrices de viejos guerreros y cervezas de amigos. Y aprendí mucho en sus clases, nobleza obliga.

jueves, 27 de marzo de 2014

Día del teatro

Aunque tarde, me siento a escribir sobre la celebración anual de eso que genéricamente llamamos teatro. Un hecho que comprende una amplísima variedad de géneros y especialidades. Qué les voy a contar a ustedes que ha disfrutado en calles, plazas, casas de cultura, salones de actos, pequeños y grandes teatros propiamente dichos de la labor impagable de los teatreros. De todos ellos, actrices y actores, directores, dramaturgos, maquilladores, escenógrafos y tantos y tantos oficios como hay en la profesión teatral.
A veces nos hacen reír, otras llorar, muchas nos colocan un espejo ante nuestros ojos devolviéndonos la imagen real de nosotros mismos y, casi siempre, nos dan un pequeño pellizco en el alma y en la conciencia. Cada vez que vemos teatro nos hacemos algo mejores, sin duda. Unas veces porque la risa cura de las penalidades diarias, otra porque el drama nos enfrenta a la necesidad de mejorar y de luchar por esas mejoras tan necesarias. 
No concibo el mundo sin teatro, sin ese puñado de personas valientes que se embarcan en la tremenda locura de poner encima de unas tablas la recreación de lo mejor y lo peor del espíritu humano. Los admiro a todos, desde Broadway al Centro Dramático Nacional pasando por los cientos de grupos aficionados de todos los tipos y edades. Todos forman parte de eso que llamamos teatro. 
Este año, como siempre, desde UNESCO se promueve un Manifiesto que será leído en cientos de lenguas, en miles de espacios escénicos y por millares de personas que aman y vivan por el teatro. Este año ha sido redactado por el sudafricano Bertt Bayley. No conozco la labor de este teatrero pero he de reconocer que me ha gustado su manifiesto. Tras una primera parte emotiva sobre el mundo del teatro y de la gente que lo componen, Bayley remata con unos párrafos de contenido social y político. Deja muy claro que para quienes están en este compromiso que se llama teatro no hay más remedio que seguir adelante dando al mundo lo mejor de sí mismos, ofreciendo lo mejor que poseen. Cierra con una tremenda pregunta que deben hacerse no sólo las gentes del teatro sino cualquier persona decente. Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un mundo de esperanza y colaboración sincera?

Por lo demás, en mi ciudad ningún teatro ni sala ofrece hoy una representación teatral. Es lo que hay, que no hay.





miércoles, 19 de marzo de 2014

Una historia de reencuentros

Este pasado lunes estuve en Conil dando una conferencia para un instituto de enseñanzas medias sobre este oficio mio que es el de la gestión cultural. En concreto me pidieron que hablara sobre la cultura en estos tiempos de crisis. La primera sorpresa fue la persona que me invitó, una profesora del centro que se llama Ana Forero. Primer reencuentro porque Ana es una vieja conocida, alguien a quien hacía muchos años que no veía o tenía noticias suyas. 

Tenemos una historia en común y no sean mal pensados, es una relación a causa de la cultura y de tipo profesional derivada en amistad. Recuerdos de hace varios años, no se dice cuantos para no dar pistas, de Ana como una muchacha pizpireta, que cantaba Bossa, jazz y estilos similares. Tenía buena voz y mucho entusiasmo. En aquellos tiempos desde la diputación de Cádiz montábamos un concurso de maquetas musicales, los jóvenes ni sabrán que es eso (imagino), y Ana se presentó con un grupo que se llamó La Guinda. Y ganaron. En la Guinda también estaban Pepe Vélez al bajo y Chano Domínguez, el gran pianista de jazz, a los teclados. Había un cuarto músico pero mi memoria no me da para tanto. Por todo ello ha sido un grato placer volver a encontrarme con Ana Forero.
Allí estaba entonces yo ante sus alumnos para hablarles de estas cosas de la gestión cultural. Se trata de chicas y chicos muy jóvenes, de primero y segundo de bachillerato. En casos como estos me suele dar un cierto pudor, tengo la impresión de que lo que discutimos, hablamos y escribimos los profesionales de la gestión cultural en nuestros seminarios, encuentros, revistas y publicaciones no suelen interesar a la gente común, la que se dedica a otras cosas, y menos a chavales jóvenes. Sin embargo, no sé cómo me las arreglé, estuvieron atentos y parecían realmente interesados mientras yo desbarraba sobre políticas culturales, consumo, servicios públicos, artistas y demás asuntos de los que nos ocupamos. Incluso llagaron a hacer alguna pregunta. Una me llamó la atención y me pilló desprevenido, un chico me espetó directamente "¿Por qué se hizo usted gestor cultural?". Como pude le dije la verdad, soy gestor cultural por casualidad. Es una historia larga que ya contaré otro día y hoy no viene al caso. Lo que me dio la sensación es que, sin pretenderlo, encendí una vocación de gestor cultural. Nunca me había pasado y menos en alguien tan joven, al menos que yo sepa o sea consciente. Le aconsejé un par de cosas, estudiar algo que le gustara y desarrollar sensibilidad e interés por alguna disciplina artística. No sabría aconsejar nada más. ¡Ah! también le advertí que en este oficio no se gana mucho dinero, cosa muy normal en casi todos y en estos tiempos. Bueno, espero y deseo que la vida le vaya bien a este joven, sea gestor o no. Pero si se decide por este camino, ¡mucha suerte!
Por mi parte, la pregunta y el interés de este chaval me hicieron reencontrarme con mi vocación. No es que la hubiera perdido, estaba algo dormida y herida por el signo de los tiempos. Esa pregunta la despertó. Y para bien.

A los demás os dejo con el enlace en YouTube donde podréis oír uno de los temas de La Guinda y apreciar la hermosa voz de Ana Forero.


miércoles, 12 de marzo de 2014

El guayacán floreado


Nació tierno, casi imperceptible sobre la húmeda tierra que le acogía y protegía de un sol feroz y brillante. Poco a poco, año tras año, estación de lluvias tras estación de lluvias comenzó a elevarse sobre la misma tierra que lo cubría. Primero se podía confundir con un brote frijol, luego quizás se asemejaba a una mata de chile y un día, jornada feliz de adolescencia, sobrepasó el tamaño de una armadillo. Años más tardes alcanzó la altura y las formas de un hombre joven, enjuto y alargado. Hubo de pasar mucho tiempo, muchos años humanos para anchearse y robustecerse en su interior hasta lograr la solidez de los metales más resistentes. Y fue entonces cuando afloraron los primeros brotes violetas en sus ramas, en tal número que sobrepasaban a las hojas haciéndolas imperceptibles. Flores azuladas, suaves, de una tonalidad tan leve que parecían pintadas en acuarela. Desde entonces cada año, puntual y caballeroso, nunca deja de florear. Vivo y hermoso, así lo recuerdo, así te recuerda, tu guayacán floreado.

Para Ana Luz, el 1 de marzo, día que floreó su guayacán.

El consejero Luciano, Machado y la educación

Leí, a propósito del aniversario de la muerte de Don Anonio Machado, las declaraciones del Consejero de Educación, Cultura y Deportes Luciano Alonso en las que manifestaba su deseo porque los restos del poeta regresaran a la ciudad de Sevilla. Primero me contuve por aquello de no ser acusado de hispalisfobia, porque no veía el sentido a ese traslado ni ahora y probablemente ya nunca. Como luego he comprobado que personas sensatas y con criterio, algunas de Sevilla entre ellas, han disentido de las intenciones del consejero me he lanzado a opinar. De entrada me parece mal y oportunista que se anuncie este propósito en tal fecha. Oportunista porque parece que el consejero iba con las manos vacías y sólo le quedaba el recurso retórico de anunciar sus deseos. Y me parece mal porque la historia es la historia y si nuestro poeta reposa donde reposa por algo será y, además, es bueno que siga allí para que no se nos olvide. Una guerra civil inmunda, un fascismo desbocado, un hombre bueno entre fieras y un pequeño pueblo que le dio un trozo de si mismo para que reposara. Esos son los hechos y me parece que mejor dejarlos así que el traer los restos de Machado en cabalgata con fanfarria y artificios, que me pongo en lo peor. No Don Luciano, dejemos a Don Antonio en ese pequeño trozo de la República Francesa.
Por otra parte no quiero desaprovechar la oportunidad de comentar algunas cosas de la política de la consejería que dirige Luciano Alonso. A fin de cuentas su gesto ha sido político y abre la puerta al comentario, no me voy a contener en el uso de la crítica después de los recién acabados carnavales. Dice el consejero entre otras cosas en sus declaraciones que "la cultura debe estar en el centro mismo del discurso social y económico de la nueva sociedad, del futuro que entre todos queremos construir, porque es seña de identidad de nuestra ciudadanía y garantía de libertad". Pues muy bien, de boca que no de palabra, porque servidor no acaba de ver a la cultura en el centro del discurso político de la Junta de Andalucía, ni en el centro del presupuesto de la misma. Y no sólo me refiero a un poquito más de aditamento a los números de la cultura, que también, sino a ir ya saliendo del discurso a estas altura cansino de que la cultura es muy importante para la economía de una sociedad, que si genera riqueza, que si genera empleo, que si aporta innovación. Que sí, que muy bien, pero mucho te quiero perrito pero de pan poquito. Porque lo que piden de la cultura es milagros, que mueva mucha economía pero sin inversión previa. Mucho se les llena la boca a los responsables públicos, no solo al pobre Luciano, con el discurso de la economía de la cultura pero de apuesta real nada, nada de nada. Digo yo, ignorante de muchos asuntos de la economía, que sin inversión no hay posible beneficio.
Que de riesgo y creatividad sabe mucho el mundo de la cultura pero de que apuesten de verdad por ella no se ven señales. Se nos sale con una ley de mecenazgo como alternativa la "modelo caduco de las subvenciones". Una ley que se limita más o menos a potenciar el consumo y de una forma tan compleja que ya veremos si funciona algo. Y se habla despectivamente de subvenciones a la cultura como si en este país y en esta Andalucía no se hubiera nunca subvencionado ninguna industria o sector de la economía, ni a los automóviles, los bancos, la agricultura y así muchos más. Que no se trata de que se las quiten para que se las den a la cultura. No, pero por lo menos que paren ya de decir que este es un sector subvencionado. Yo, desde mi humilde posición, le daría un consejo al consejero. Sé que no tiene mucho dinero, más bien poco, pero tiene una gran consejería y podría ponerla a trabajar a futuro, a largo plazo, podría ponerla a construir consumidores responsables de cultura, ciudadanos críticos que prefieran cultura a consumo alienante de masas. No tiene más que mirar el nombre de su consejería: Educación y Cultura. También podría trabajar por ciudadanos más sanos, pero de deportes que opine otro.

martes, 4 de marzo de 2014

Carnaval en Cádiz





Finaliza el primer fin de semana de este Carnaval. Un cierto toque de melancolía por los días pasados y que ya no volverán. Y una pizca de ilusión por los días que aun nos quedan de estos carnavales. Como siempre las cosas fueron como siempre han sido en los tiempos más recientes. Pocas agrupaciones destacables en el concurso del Teatro Falla, mucho más talento e ingenio por las calles de la mano de las ilegales. Pero hoy hago un balance nostálgico y de homenaje al pasado, a ese pasado que ya no volverá pero que al menos tuve el privilegio de vivir en muchos de sus momentos gloriosos. De todo lo visto estos días destaco a uno de los Hermanos Escapachini, nombre que suena a opereta como dijo en alguna ocasión Antonio Martín. Ayer domingo, en el Café de Levante, irrumpió por sorpresa y algo alicatado, lo propio de las fechas, Pepe Escapachini con un romancero. Su título, "La vuelta al mundo con 80 euros". Un despliegue de arte antiguo gaditano con todos sus aditamentos, el descaro, el embuste, la poca vergüenza, el arte, la fonética imposible en cualquier otro lugar, la rapidez y la esencia más condensada de Cádiz que se pueda imaginar. Indescriptible que se dice. Y como no lo puedo describir con mis escasas y pobres palabras sólo les doy un consejo, que el próximo fin de semana lo busquen por las calles de Cádiz. Sólo Escapachini condensa varios montones de carnavales y nos muestra a Cádiz en estado puro. No se lo pierdan.